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El idioma hebreo su origen

El Hebreo es un idioma que pertenece a la rama cananea, de los idiomas semíticos. Es semejante al ugarítico, fenicio, moabita y edomita. La mayoría de los eruditos en la materia, consideran como muy posible, que los israelitas hayan adoptado este dialecto cuando tomaron posesión de la Tierra de Canaán, al oeste del Río Jordán; modificándolo luego con algunas características de su idioma arameo. Observamos a la luz de La Biblia, que los descendientes de Abraham no llamaban Hebreo al idioma que utilizaban para comunicarse, sino que lo calificaban como el idioma de Canaán (Isaías 19:18), o también como el idioma de Judá (Nehemías 13:24 / Isaías 36:11). El Hebreo utilizado para escribir la mayor parte del Tanaj o Antiguo Testamento, fue una lengua viva, popular y cotidiana, al menos desde el siglo XII A.C. hasta el siglo II A.C.. Ya a partir del siglo II A.C., los descendientes de Abraham comenzaron a utilizar el Hebreo con influencias arameas, tanto en la lengua hablada como en los escritos civiles. 

Al producirse las diferentes invasiones a la Tierra de Israel, y en consecuencia las deportaciones de israelitas a otros territorios, el Hebreo se vio influenciado por los dialectos de las zonas dónde se vieron obligados a asentarse. De esta manera, el Hebreo antiguo, conocido popularmente, pasó a utilizarse principalmente como una lengua escrita, ritual y sagrada. Así se le calificó como Hebreo Bíblico, también Hebreo Clásico y como Hebreo Cuadrado. Los rabinos y el Pueblo de Israel, por su utilización masiva en la liturgia religiosa, la llamaron también: Lengua Sagrada. Según Las Escrituras, en la época de Yeshúa o Jesús, el Hebreo era el lenguaje cotidiano más común (Marcos 5:41); aunque se lo utilizaba, fundamentalmente, para las ocasiones especiales y la liturgia. 

Al Hebreo Bíblico o Hebreo Cuadrado le sucedió una forma intermedia conocida como: Hebreo Mísnico o Hebreo Míshnico, vocablo adaptado de la palabra Mishná, la cual se refiere a un compendio escrito que engloba la tradición oral del Pueblo Judío. Este tipo de Hebreo, también fue catalogado como Rabínico, y se trataba únicamente de una modalidad de la lengua escrita, aunque resultaba mucho más práctica que la lengua bíblica. Gramaticalmente, es posible decir que el Hebreo es una lengua bastante sencilla. Al lado del Español o Castellano, parece un idioma brusco y directo; sin embargo es una lengua muy pintoresca en cuanto a sus descripciones y sus expresiones breves y fuertes que dan la idea de energía. Por tal motivo, también se considera al Hebreo como un idioma de acción, concreto y básico, ya que su fundamento es el verbo. 

Este se puede expresar en tiempo pasado, presente y algunas formas de tiempo futuro; así como en dos estados: perfecto e imperfecto. Dada las cualidades especiales de este idioma, encontramos que cada palabra se forma en base a un conjunto de letras consonantes a las que se les llama Raíz. De una Raíz, a su vez, pueden formarse varias y diversas palabras; así como también, en cuanto a los tiempos verbales, puede indicarse siete clases diferentes de acción. A diferencia de las lenguas occidentales, el Hebreo se escribe de derecha a izquierda. No se utilizan en el Hebreo, el acento de palabras. No existen las llamadas Letras Mayúsculas y Letras Minúsculas, ya que todas tienen una configuración fija, conforme a los lugares que ocupan. Existen también las llamadas Letras Intermedias y Letras Finales. 

El alfabeto original del Hebreo, constaba únicamente de consonantes. Tanto los signos vocálicos como la pronunciación, que siempre se estimaron pertenecientes al llamado Hebreo Bíblico o Hebreo Cuadrado, fueron introducidos por los llamados Masoretas. Estos eran los rabinos y eruditos bíblicos que guardaban la tradición oral y escrita o Masoret, del Pueblo de Israel, transmitiéndola de generación en generación. El alfabeto hebreo consta de veintidós caracteres o consonantes y su léxico se basa en el Hebreo Bíblico o clásico y su sintáxis en el Hebreo Míshnico o rabínico. Las vocales se indican agregándolas a las consonantes. Se forman con puntos y rayas que mantienen cierto orden. Se modula la pronunciación siguiendo las pautas de los judíos sefardíes o judíos de origen hispano que viven sobre todo en Turquía, Grecia y Bulgaria. 

Para adaptar la antigua lengua escrita a las necesidades de una lengua actual, especialmente luego de la creación del Estado de Israel en 1948), se ha necesitado un gran número de neologismos, especialmente en la terminología científica. Solamente el profesor Eliezer ben Yehuda, de origen lituano, acuñó cuatro mil a partir de las raíces que proceden del Hebreo Bíblico o Cuadrado. También han ejercido influencia en este Hebreo Moderno, las lenguas nacionales que traen consigo los immigrantes judíos, la lengua de los judíos del este europeo o askenazíes, y el llamado Yidish, una mezcla del Hebreo con el alemán, hablado casi igualmente por todos los judíos del mundo. 

El Hebreo Bíblico o Hebreo Cuadrado muestra en el dibujo de sus letras, una belleza muy especial en cuanto a su forma. Dicha forma, contiene también profundos significados en cada una de sus expresiones, así como en la combinación de cada letra para formar palabras. En el Hebreo Bíblico o Hebreo Cuadrado, cada letra posee una simbología especial y un significado; también contiene un valor numérico que amplía dicha simbología. A tal tipo de escritura, la llamamos Impresa, ya que se utiliza generalmente para la edición de textos en tal idioma. A la escritura que se utiliza hoy en día y de forma manual en los medios judíos, la llamamos Cursiva, la escritura de notas, cartas, firmas, etc. Cabe aclarar que, la diferencia de caracteres gráficos, no altera la pronunciación de la letra, como tampoco afecta o diferencia de manera alguna, sus particularidades propias.